ENTREVISTA A TUKTAN SIRPI (Nicaragua), participante en Enlazando Culturas 2016

"Todavía hay adultos que miran a los niños y las niñas como seres que no piensan"

La Asociación Infantil Tuktan Sirpi surgió en 1994 en la ciudad de Jinotega (Nicaragua) ligado al Club NATRAS, con la finalidad de brindar una educación integral y mejorar las condiciones de vida de aquellos pequeños y adolescentes de barrios marginales que no tenían más remedio que trabajar por ser en muchos casos el único sustento de sus familias. Más de veinte años después, Tuktan Sirpi, que en miskito significa "niño pequeño", sigue promoviendo la comunicación social, específicamente la radio, para la defensa y promoción de los derechos de la infancia. Keylin Amisaday García y Yader Chavarría se han subido por primera vez en un avión para compartir entre los días 11 y 15 su experiencia en el encuentro ENLAZANDO CULTURAS, organizado por CIC Batá.

¿Cómo compaginan educación y trabajo los niños con los que actuáis?

Yader: Los niños que estudian por la mañana asisten a nuestra organización por la tarde, y los que estudian por la tarden asisten por la mañana. La idea es promover la educación, motivarlos para que vayan a clase. Tuktan Sirpi refuerza la educación de los niños y las niñas de una forma creativa.

Keylin: El Área de Comunicación funciona igual con el objetivo de que los chavalos y las chavalas puedan acoplarse y tengan tiempo para comer y hacer las tareas en casa.

Cuando ofrecéis a las familias vuestros procesos de formación y alentáis su responsabilidad como padres, ¿cómo reaccionan? ¿Encontráis compromiso o rechazo por su parte?

Yader: Nosotros estudiamos en la asociación. Comenzamos desde pequeños con alfabetización y al final nos hemos integrado en otras áreas. Al principio los adultos consideraban nuestro tiempo allí una pérdida de tiempo. Era una lucha constante entre nosotros y los adultos, pero ahora esa forma de pensar ha cambiado mucho, ahora son los adultos los que animan a los niños.

También tiene que ver con la violencia. Cuando comenzó la asociación, pegar a un niño o amarrarlo era muy común y como en la asociación se defendían los derechos de los niños y las niñas, las madres maltratadoras lo tomaban como un problema porque los niños podían denunciar.

Consideráis a los niños y las niñas sujetos sociales y de derechos, capaces de liderar su propio desarrollo y transformación social. ¿Pensáis que los sistemas de educación actuales e incluso algunos padres tienen a los más pequeños ‘adormecidos’?

Yader: Falta mucho para que cambie esa manera de pensar. Todavía hay adultos que miran a los niños y niñas como personitas, como seres que no piensan, que no pueden negociar, que no tienen capacidad de desarrollarse. Hay lugares donde el niño o la niña no puede estar en ningún tipo de plática con adultos. Los minimizan. Al Área de Comunicación llegan niños excepcionales, con capacidad de expresarse, pero hay muchos que no, y eso se nota. Y eso es porque a veces los adultos creen saber lo que los niños y las niñas quieren o sienten y hace falta negociar con ellos. Por ejemplo, si se construye un parque se hace desde la perspectiva del adulto. El adulto lo pinta en los colores que cree que a los niños les gusta, los juegos son juegos a los que el adulto piensa que al niño le gusta jugar. Todo lo que se construye para niños tiene que partir de propuestas de niños. No es que se les deje hacer lo que les dé la gana, sino que es una manera de negociar. Diciéndoles esto sí se puede, esto no y por qué. La visión de Tuktan Sirpi es que los niños y niñas interactúen en un mundo donde las y los adultos los reconozcan como sujetos sociales y de derechos.

¿Qué proponéis para combatir eso?

Yader: Mayor interacción. Que los adultos se tomen un tiempo para escuchar y conversar con las niñas y los niños y que haya respeto.

¿Qué resultados habéis observado cuando eso pasa?

Yader: Muchísimos. En Jinotega cuando salíamos a la calle a hacer alguna actividad de comunicación siempre teníamos que ir con un adulto y nos cambiaban las preguntas que queríamos hacer. Nos miraban de forma discriminatoria o no nos dedicaban tiempo.

Keylin: Cuando yo entré en el 2012 había esa actitud. Sin embargo, en la actualidad no es así. Ahora salimos a hacer entrevistas o a hacer sondeos. Si vamos al Ministerio de Educación o a otra institución vamos nosotros solo con un equipo de niños. Nosotros elegimos el tema y dejamos grabado el programa. No es necesario que un adulto nos esté diciendo. Sólo nos acompañan cuando necesitamos apoyo técnico.

Yader: El cambio ha sido tan grande que ahora las instituciones llaman a los niños y niñas para que cubran noticias.  

Uno de vuestros proyectos más interesantes es la emisora Radio Estéreo Libre 95.3 FM. ¿Qué tipo de contenidos se elaboran?

Yader: Surge en el 91 con un perfil participativo. La idea es que la mujer y la niña y el niño pueda expresarse. Hay programas para todos los gustos: hechos por y dirigidos a adultos, otros a jóvenes y otros a niños y niñas. Se escuchan todas las voces y hay un respeto increíble.

Keylin: Tiene el objetivo de promover la no violencia. Después de la música los presentadores hacen comentarios para promover la no violencia contra la mujer. Eso es lo que la hace diferente. Esa participación múltiple.

¿Qué impacto ha tenido eso en la ciudad y en la vida de los chicos?

Yader: Ha cambiado la forma de pensar de las personas. Ahora hay más denuncias de violencia, de abuso sexual, de violaciones de derechos humanos. Ahora los niños han dejado de callar la violencia. Antes por nada le pegaban en la boca o le daban con el cinturón.

Keylin: También se calla menos la violencia del hombre contra la mujer. Ahora la violencia machista no es un problema de una pareja, sino social, común, y la gente actúa ante esto. Se visibiliza que la mujer y los niños y las niñas no gozan de seguridad y protección y se hace más por protegerlos.

Yader: Por hablar del contexto, muchos hogares en Nicaragua están encabezados por mujeres solteras que en algunos casos tienen hasta seis hijos, de edades más seguidas. Se ha tratado de luchar por eso y contra el machismo, pero en Nicaragua falta mucho. Hay leyes que se han creado en los últimos cinco años como el Código de la Familia, que obliga al padre a hacerse cargo económicamente del hijo, y la Ley 779, para evitar todo tipo de violencia. Nuestro departamento ocupa el primer lugar en adolescentes embarazadas, algunas hasta con 12 años. Son cosas terribles. El trabajo infantil ha disminuido un poco, pero sigue habiendo porque las madres ganan sólo 100 dólares al mes trabajando en muchos casos los 30 días. De ahí que no tengan tiempo para estudiar. Por eso, el gobierno ha promovido la educación a distancia, para que los adultos se puedan bachillerar. El hombre, cuando reconoce a los hijos, les da algo de dinero.

¿Los suelen reconocer?

Yader: Cuando tienen la oportunidad, no. Los hijos casi siempre se quedan solo con el apellido de la mamá. Ahora el gobierno está promoviendo las pruebas de ADN y que las madres puedan ir al registro para que los hijos lleven el apellido del padre, pero al final prefieren no enfrentarse a este tipo de situaciones por no perder días de trabajo.

¿Qué tipo de trabajo hacen estos niños y niñas?

Yader: Desde mandados hasta salir a cortar café o trabajar en el vertedero. Ahora se hace una campaña para recogida de materiales reciclables que recogían los niños y niñas, pero en paralelo la gente empezó a darles comida, ropa, zapatos, etc. Y eso nosotros lo vemos mal porque incita a los niños y niñas a seguir trabajando allí. Si ayudan a una chica embarazada, otra que no lo está se queda embarazada porque sabe que la gente la va a ayudar. Ahora se lucha por que la gente promueva la educación, en vez de trabajos como éste que fomentan la explotación.

¿Qué destacaríais de Enlazando Culturas?

Yader: Es muy bonito porque queremos compartir lo que sabemos hacer y creemos que va a ser de mucho provecho.